Si alguna vez quisiste aprender idiomas y te diste la tarea de averiguar cursos, presupuestos, metodologías y academias, tal vez encontraste una amplia variedad de ofertas con servicios de todo tipo: desde las grandes clases grupales, pasando por las semi-personalizadas, hasta las clases privadas con nativos, todos perfilándose como la cura a todos los males.
Entonces, decidiste invertir tus moneditas en una de esas maravillosas ofertas para darte cuenta de que pagar era la parte más sencilla. En realidad, el aprendizaje de otra lengua es muy diferente a lo que te dicen los comerciales y aquí te voy a compartir, desde mi punto de vista, una serie de factores que tienes que tener en cuenta.
Al momento de escoger cómo quieres aprender ese idioma que necesitas o te gusta hay que ser autocrítico, sincero, y sobretodo RE-A-LIS-TA ¡No pongas todos los huevos en la misma canasta! Bueno, sin más espera, vamos a ver qué es lo que hay que saber antes de firmar el contrato.
Presupuesto
Sé cuidadoso y pregunta muy bien qué vas a recibir: los precios más asequibles pueden ser encontrados en las grandes marcas porque manejan volumen y modalidades para ofrecer un precio económico a los consumidores.
A pesar del gangazo, para poder ofrecer precios cómodos sacrifican la calidad de las clases, el salario de los trabajadores, condiciones de doble filo a los que contratan los servicios como cláusulas de permanencia y créditos a tasas absurdas. Hay que verlo así: los institutos son como la comida rápida del aprendizaje de idiomas, no es lo mejor, pero cumple, en la mayoría de casos, con su objetivo.
Si cuentas con un presupuesto más flexible, puedes optar por Instituciones de Educación Superior o clases personalizadas. En cualquiera de estos casos, ten presente que la inversión no sólo será por un nivel o algunas horas, sino que tendrás que ser constante con tus clases y tener disponibilidad de tiempo para asistir a clases con horarios fijos.
Metodología
Aquí es donde hay más trampas: donde te ofrecen clases con grandes grupos de personas puedes llegar a interactuar con las personas que van al curso. Esto puede jugar a tu favor o en contra si eres una persona a la que gusta socializar y no le molesta ir al ritmo de los demás. Sin embargo, si tienes dificultades con eso puedes perder tu inversión y la motivación para seguir avanzando en el curso.
Por otro lado, si son grupos más pequeños pero el avance es distinto para cada persona, te encontrarás en un bucle donde los contenidos saltan de uno a otro sin conexión o donde tienes que repetir lo que ya habías visto. Este es el famoso semi-personalizado, a muchas personas les funciona, pero en caso de que el grupo se llene en su aforo máximo (4 a 6 estudiantes) tendrás sólo 15 minutos de clase efectiva.
En el caso de los tutores personalizados, puedes encontrar un método que se adapte enteramente a lo que necesitas y el progreso será más rápido. Sin embargo, algunas personas consideran que desarrollan confianza en sus habilidades solamente cuando interactúan con su tutor y no pueden generar la misma confianza con otras personas, por lo que es tu responsabilidad adoptar buenas prácticas de estudio autónomo.
Tiempo
El tiempo es dinero, curiosamente es lo que las personas más desperdician después del agua. Si de verdad quieres y/o necesitas aprender otro idioma, debes de tener siempre presente que no basta pagar y tomar las clases. Tienes que repasar por tu cuenta, desarrollar hábitos, estrategias, mejor dicho: es necesario un compromiso que si no se cumple, tu meta no podrá lograrse, al menos en el tiempo planeado.
Objetivo
Si tu quieres aprender porque te gusta, puedes ser bastante flexible en los puntos anteriores. Si quieres presentar un examen, tendrás que dedicarte en cuerpo y alma no sólo a entender y comunicarte, sino que tendrás que aprender a aprender y desarrollar habilidades más técnicas. Aterriza muy bien tus proyectos e ideas, igualmente, analiza cuidadosamente lo que necesitas y lo que esperas para poder tomar la mejor decisión.
Fortalezas y debilidades
Si lo tuyo es ser sociable, paciente, flexible, y además no se te dificulta tanto el aprendizaje colaborativo, puedes optar por grupos grandes. Seguramente aprenderás rápido y además disfrutarás mucho el proceso aunque en realidad cualquier opción estará bien.
Por el contrario, si ya has tenido malas experiencias y se te dificulta adquirir una nueva lengua, los grupos, ya sean grandes o pequeños, no son una buena opción. Es frustrante ver como los demás avanzan se desenvuelven mejor en el idioma mientras tú todavía no sales de las primeras clases y no entiendes el porqué. Muchos prefieren perder la inversión que perder la cabeza: un estudiante sin motivación y con bloqueos mentales nunca avanzará.
Decide en cuál ambiente te sientes mejor, con cuáles herramientas te gusta trabajar más, y procura consultar con personas que tengan una opinión objetiva del lugar donde planeas empezar tus clases: un buen ejercicio es ver los comentarios de la gente en Facebook y Google, así tienes una idea de qué esperar de tus clases.
No te dejes meter gato por liebre
La realidad es que la educación, ya sea formal o informal, es un mercado enorme que mueve cantidades industriales de dinero al año. Como la inversión es grande, las estrategias de mercado suelen ser bastante agresivas pero tranquilízate, piénsalo con cabeza fría. revisa bien la letra pequeña y que no te de miedo rechazar un ofertón si es algo que en realidad no se acomoda a tus necesidades.
Cuando hagas el ejercicio de examinar cada uno de estos factores, podrás darte cuenta de lo que te traerá los mejores beneficios con relación al costo. No olvides que las cosas buenas cuestan, pero valen la pena. Si tienes una meta clara, trabaja para conseguirlo y no olvides que la educación nunca es un gasto, es una inversión.